Gastrokook

Caso omiso a las críticas sobre el precio, el precio está acorde con la calidad del producto y el proceso de elaboración tan cuidado y mimado que tienen. Nos hemos trasladado desde Manilva solo para desayunar aquí y disfrutar de esta maravilla de pasteles que son puro arte. Si os parece caro pagar por ello y venís aquí a quejaros, os recomiendo dejar que lo disfrutemos a los que lo apreciamos y si queréis algo barato comeros un kilo de churritos fritos con aceite de chapapote reutilizado, seguro que eso lo veis bien de precio. El café de calidad, AOVE del bueno, el sitio precioso y el personal atento. En fin, mi más sincera enhorabuena a los dueños, que son unos emprendedores natos en una tierra en la que cuesta tener un negocio de calidad y del que sentirse orgullos.

Lugar coqueto y dulces interesantes, pero MUY caro para lo que realmente son y saben. El trampantojo quizá al ser más laborioso si puedan oscilar alrededor de 5 euros, pero los croissant y similares, entre 3 y 6 euros me parece excesivamente caro cuando el sabor no tiene nada de especial y el relleno deja mucho que desear (foto). 4 dulces y 2 cafés fueron casi 24 euros... Está bien para probar una vez algún trampantojo especial, pero no volvería.

Primera vez en este sitio que conocí gracias a una amiga. La mejor experiencia que he tenido en este país como cafetería y pastelería exquisita. Se nota la profesionalidad del personal y además, te dejan entrar con animales!!!🥰. Inolvidable . Solamente pondría una leve música suave y relajante de fondo, pero suave, nada estridente. Enhorabuena Gastrokook por que me fui con ganas de volver.

Pastelería deliciosa, fuimos por recomendación a merendar y la verdad que tienen unos pasteles espectaculares, en esta ocasión nos decantamos por una palmera y un croissant de pistacho, ambos y el café estaban muy buenos. Local agradable, personal amable, quizás los precios un poco elevados pero sí que es cierto que lo que venden es bastante original por lo que hay que pagarlo. Volveremos

Buena experiencia en esta pastelería. La calidad del producto se obvia cuando la pruebas, tanto en los pasteles, como en las tostadas. Tienen gran variedad de productos, todos son muy apetecibles. También los cafés están bien hechos y son de calidad. El personal fue muy amable. Es obvio que le producto hay que pagarlo, por la calidad que tiene, pero por el precio de este, eché de menos el servicio en mesa y no la recogida del producto en el mostrador.