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Fui con mi familia a cenar, ya vinimos una vez y nos gustó mucho, esta vez no fue menos. El trato es excepcional, la comida está buenísima (pedimos carrillada de ternera, costillar y una tabla de quesos) y el lugar es muy tranquilo, al lado del río. Gran lugar, ¡volveremos seguro!
No pedíamos mucho, solo un café y unas tostadas. Eran las 11:30 de la mañana y puedo entender que se les acabe el pan. Lo que no entiendo es que un rato después de pedir nos hacen cambiar la comanda porque les quedaba poco pan, y luego nos dejaron sin servir porque se había acabado, pero ni nos avisaban. Inicialmente agradables, pero muy poco profesionales (excepto una de las camareras muy amables que sí se disculpó). 22€ por 4 cafés y 3 tostadas, pero muy mal gestionado. Obvio no volveremos
Fuimos a cenar un día que pasamos de casualidad y nos fuimos muy muy contentos,la dueña nos atendió muy bien y nos recomendó chorizo argentino entraña y costilla. Le hicimos caso y fue todo un acierto,la entraña esquisita y el punto de la carne era ideal la costilla a la brasa se desacia en la boca.totalmente recomendable. Yo volvería
La dueña era una maleducada y una impresentable. El servicio fue pésimo, tardaron desde las 11:10 a las 11:35 en poner cafés y una cerveza (sin abridor, tuvimos que abrirlo con un mechero). Nos trajeron mal los cafés y nos lo bebimos de trago porque perdíamos el barco. Delante de nosotros le hablo fatal al camarero por cobrarnos un euro de más. La explicación que da por soplarte 2,5€ por un descafeinado DE SOBRE porque la taza es bonita es totalmente ridícula. En miles de restaurantes te ponen una cubertería preciosa y no te cobran adicionales. Y encima todavía se atreve a decir estas tonterías intentado defender lo indefendible. En un sitio donde vas a tomar un café lo que buscas es educación y rapidez, que no vamos a pasar la mañana a observar lo bonita que son tus vasos. Ah, por cierto, la gente no mira el precio de un café en un QR porque entiende lo que son precios normales. Y lo de la música, recuerda que por la mañana no estaba, no sé por qué lo pones. Y para finalizar, igual eres tú la que necesitas unas vacaciones con los berridos que nos pegaste cuando te pedimos el por qué del adicional del hielo.
Desde el momento en que uno cruza la puerta, la atmósfera cálida y acogedora, combinada con una decoración muy sutil y un servicio excepcional, crea un ambiente perfecto para disfrutar de una comida memorable La estrella indiscutible del menú es la carne, preparada con maestría y servida en su punto justo.el asado destaca por su sabor jugoso y tierna textura. Además, el restaurante ofrece una variedad de platos clásicos argentinos Cada plato es una celebración de la rica tradición culinaria argentina, con ingredientes frescos y de alta calidad. El servicio en Puerto Mio es impecable. El personal es atento, conocedor del menú y siempre dispuesto a hacer recomendaciones para asegurar que cada cliente disfrute de su experiencia al máximo. La atención al detalle y la genuina hospitalidad hacen que uno se sienta como en casa. El ambiente del restaurante es una mezcla perfecta de elegancia y confort. Con una iluminación suave, mesas bien dispuestas y una música de fondo que añade un toque de autenticidad, Puerto Mio es ideal tanto para una cena romántica como para una reunión familiar o con amigos. Puerto Mio Restaurante Argentino es más que un lugar para comer; es una experiencia cultural y gastronómica que vale la pena vivir. Ya sea que uno sea un conocedor de la cocina argentina o un curioso gastronómico en busca de nuevos sabores, este restaurante promete y cumple con creces. Altamente recomendado para cualquiera que busque una velada deliciosa e inolvidable.
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Ines
4 de noviembre de 2024 at 10:09 amPerfecto todo. Recomendable
MARIANO
31 de agosto de 2024 at 6:57 pmFuimos a tomar un café mientras esperábamos el barco 50 min.El camarero estaba en otra dimensión temporal y la dueña soberbia y prepotente. Al tardar tanto pedimos un vaso con hielo para el café y salir corriendo. Nos cobraron 30 céntimos, aparte de los 2.50 del café por el hielo. Pero la explicación fue que nos ponía un vaso especial y bonito, y se cobraba su uso y limpieza. Ni en la peor tasca del mundo te cobrarían por eso. He trabajado años en hostelería y jamas he visto esto. Si hubiera pedido un vaso de agua que habría sido de mi jajaja. Se aprovechan del que está de vacaciones pero todo se acaba. No intenten hacerme comulgar con ruedas de molino, en cualquier sitio de café en vaso de caña le pueden dar lecciones de que la clase no se consigue cobrando,sino consiguiendo que ningún cliente no desee volver. La humildad se puede aprender, pero burrito que no aprende de pequeño no aprenderá de mayor. Hay que tener las miras abiertas y que todo cliente salga satisfecho.
Valoración interesante