Aponiente

Cenamos en Aponiente, el menú es una muestra estupenda de creatividad e imaginación. Los platos se nutren de la cultura y gastronomía gaditana, todo versa en el mar y sus productos. Pone en valor la riqueza marina y dibuja un recorrido extraordinario que configura una experiencia extraordinaria. Lo único es la velocidad vertiginosa a la que marcha la cena, el servido es demasiado rápido, es difícil relajarse ya que los pases se suceden a una gran velocidad. Más allá de coordinar la disposición de los platos, encontramos un ritmo demasiado acelerado que no deja disfrutar del todo de tan magnífica experiencia/

Espacio único que invita a divertirse, deleitarse, reflexionar… y hasta soñar… acerca de la cocina, del territorio y de su gente. Gran experiencia -en todos los sentidos-, que es posible gracias a Ángel León (por el alma), pero también -y sobre todo- a un equipo profesional que está detrás de cada detalle. Sin nombrar ningún plato en concreto, porque todos tienen su valor, su dedicación… su hilo conductor (y su historia), puedo confirmar que el Aponiente es toda una institución. Globalmente, gracias a las sinergias que se crean dentro y fuera del restaurante, existe un gran trabajo y un enorme -e ilusionante- proyecto de futuro (sostenibilidad, profesionalidad, investigación y pasión). Con eso me quedo. Y con el maravilloso equipo humano que aporta el ingrediente más escaso y deseado del mundo: el corazón.

Experiencia inolvidable. Ha sido el mejor restaurante al que ido, ha sido un espectáculo. De la comida no puedo decir nada más que gracias, se merece cada 🌟. Os dejo unas fotillos que solo pueden dar una pincelada de lo que es pero eso hay que vivirlo. Intentaré regresar el año que viene. Juanlu el camarero de otro planeta, menudo espectaculo nos dió, no solo sabe los que dice , te hace pasar un rato inolvidable, GRACIAS. Por poner un pero... al café... a los que somos cafeteros nos gusta el café café... no cosas con adjetivos, pero nada que objetar... ha sido una experiencia de otro planeta

Una experiencia única y especial, la labor de investigación y dedicación del chef se disfrutan en cada plato. Nos encantó la bienvenida con los aperitivos y la copa familiarizandote con el increible lugar, apreciamos la arquitectura, decoración, lluminación y menaje de todo el restaurante. Luego pasamos al comedor, donde disfrutamos de cada plato y el servicio fue muy amable, muy agradable tanto con las bebidas, con el pan, encargados… la estética y sabor de cada plato es increible, destaco las papas con choco, la matanza, la quisquilla con sopa de clorofila, los tendones y los muergos. Como en un restaurante de tan alto prestigio le exiges el 100% dejo nuestros comentarios constructivos absolutamente. Nos tocó una mesa al lado de un mueble donde el servicio cambiaba la cubertería en cada plato, pero allí se reunían a hacer comentarios personales, estábamos muy muy cerca y nos pareció poco profesional. En uno de los platos mi marido fue a meter la cuchara y tocó ligeramente la salsa y se encontró que más arriba la cuchara estaba sucia, se lo comentó a una chica que amablemente pidió disculpas y la cambió. Oimos cómo se lo comunicaba a la encargada de repasar los cubiertos, que, lo negó diciendo que era imposible y que lo habríamos manchado de otra cosa, nos resultó incómodo, nuevamente, porque estábamos a su lado y oímos cada comentario del personal. El tema del agua, en un restaurante de esta categoría cobrar 7 euros por dos vasos de agua, en mi opinión, resta elegancia. Nos ofrecieron café de especialidad, preferimos pedir café con leche normal, pero mi marido lo quiso además con hielo, que no le servieron porque el café si lo querías con hielo tenía que trabajarse desde una de las especialidades. Mmmm, regular. Solo son detalles que dejo para que, si lo consideran oportuno se mejore. Salimos muy contentos de allí, fueron muy muy amables con nosotros, y la combinación de toda la experiencia resultó ser INOLVIDABLE, recomendamos y repetiríamos sin duda. Gracias a todo el equipo de Aponiente por la maravillosa velada de anoche

Es una experiencia en todos los sentidos y si te gusta la cocina hará que te emociones, literal. Aponiente es originalidad, investigación, perseverancia, trabajo, inteligencia y creatividad. Cada plato es una obra maestra llena de sabor. La atención es impecable, el espacio es maravilloso. Merece cada euro que pagas por el menú. Poco más puedo decir, es algo que se tiene que vivir al menos una vez en la vida para entender lo que es la experiencia Aponiente. Fui el día de mi cumpleaños y sin duda, hicieron que mi cumpleaños tuviera el broche perfecto.