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Fui con mi familia a cenar, ya vinimos una vez y nos gustó mucho, esta vez no fue menos. El trato es excepcional, la comida está buenísima (pedimos carrillada de ternera, costillar y una tabla de quesos) y el lugar es muy tranquilo, al lado del río. Gran lugar, ¡volveremos seguro!
Nos llevamos una gran decepción en este local. Pedimos solo dos bebidas y nos cobraron un precio absolutamente desorbitado, muy por encima de lo que normalmente pagaríamos en cualquier otro lugar de la ciudad. Lamentablemente, sentimos que nos cobraron más simplemente por ser turistas.
No pedíamos mucho, solo un café y unas tostadas. Eran las 11:30 de la mañana y puedo entender que se les acabe el pan. Lo que no entiendo es que un rato después de pedir nos hacen cambiar la comanda porque les quedaba poco pan, y luego nos dejaron sin servir porque se había acabado, pero ni nos avisaban. Inicialmente agradables, pero muy poco profesionales (excepto una de las camareras muy amables que sí se disculpó). 22€ por 4 cafés y 3 tostadas, pero muy mal gestionado. Obvio no volveremos
Fuimos a cenar un día que pasamos de casualidad y nos fuimos muy muy contentos,la dueña nos atendió muy bien y nos recomendó chorizo argentino entraña y costilla. Le hicimos caso y fue todo un acierto,la entraña esquisita y el punto de la carne era ideal la costilla a la brasa se desacia en la boca.totalmente recomendable. Yo volvería
Sitio estupendo. Servicio bueno y la carne riquísima. Maria la camarera un 10
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MARIANO
31 de agosto de 2024 at 6:57 pmFuimos a tomar un café mientras esperábamos el barco 50 min.El camarero estaba en otra dimensión temporal y la dueña soberbia y prepotente. Al tardar tanto pedimos un vaso con hielo para el café y salir corriendo. Nos cobraron 30 céntimos, aparte de los 2.50 del café por el hielo. Pero la explicación fue que nos ponía un vaso especial y bonito, y se cobraba su uso y limpieza. Ni en la peor tasca del mundo te cobrarían por eso. He trabajado años en hostelería y jamas he visto esto. Si hubiera pedido un vaso de agua que habría sido de mi jajaja. Se aprovechan del que está de vacaciones pero todo se acaba. No intenten hacerme comulgar con ruedas de molino, en cualquier sitio de café en vaso de caña le pueden dar lecciones de que la clase no se consigue cobrando,sino consiguiendo que ningún cliente no desee volver. La humildad se puede aprender, pero burrito que no aprende de pequeño no aprenderá de mayor. Hay que tener las miras abiertas y que todo cliente salga satisfecho.
Valoración interesante